Elon Musk, el empresario multimillonario y figura polémica en las redes sociales, ha vuelto a generar controversia al expresar públicamente su rechazo hacia la celebración del Mes del Orgullo LGBTQ+. En una publicación reciente que se volvió viral en X (antes Twitter), Musk afirmó sin rodeos que el movimiento “WOKE”, con el que asocia al activismo por la diversidad sexual y de género, “no merece ni un mes, ni una semana, ni siquiera un solo día de celebración”.

Estas declaraciones han provocado una ola de reacciones a nivel mundial. Mientras algunos sectores conservadores aplauden lo que consideran una postura “valiente” frente a lo que llaman “la imposición ideológica del progresismo”, millones de usuarios, activistas LGBTQ+ y celebridades han respondido con indignación, señalando que los comentarios de Musk no solo son insensibles, sino que también refuerzan discursos de odio y marginación.

El contexto de sus palabras no puede ser ignorado. En el mes de junio, tradicionalmente dedicado a conmemorar la lucha por los derechos de las personas LGBTQ+, muchas empresas tecnológicas, instituciones gubernamentales y figuras públicas muestran su apoyo a la diversidad mediante campañas, eventos y cambios simbólicos en sus redes sociales. Sin embargo, Musk, conocido por su constante crítica al “wokeism” y su defensa del discurso “sin censura”, ha elegido justo este momento para lanzar uno de sus ataques más duros contra el movimiento.

En su mensaje, Musk acusó al “activismo woke” de “destruir el sentido común” y de estar “más enfocado en la victimización que en la innovación”. Según sus palabras, el Mes del Orgullo es “una herramienta política disfrazada de inclusión”, una declaración que ha sido interpretada por muchos como un intento de desacreditar décadas de lucha por la igualdad de derechos.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos como GLAAD y Human Rights Campaign no tardaron en pronunciarse, calificando sus declaraciones como “inaceptables y peligrosas”. Incluso empleados de sus propias compañías, como SpaceX y Tesla, habrían expresado internamente su desacuerdo, según informes extraoficiales que circulan en foros laborales.
No es la primera vez que Musk se enfrenta a la comunidad LGBTQ+. En años recientes, ha retuiteado contenidos polémicos y ha mostrado su cercanía con sectores de la derecha radical estadounidense, lo que ha hecho que muchos lo consideren ya no solo un empresario disruptivo, sino también una figura política influyente con una agenda claramente alineada con movimientos conservadores.
El efecto dominó ya ha comenzado. Algunos usuarios están llamando a boicots contra sus empresas, mientras que otros temen que sus palabras alienten nuevas olas de discriminación en redes sociales. Lo que resulta innegable es que Elon Musk, una vez más, ha colocado su nombre en el centro del huracán mediático, desafiando a una parte fundamental de la sociedad actual en nombre de su cruzada personal contra lo “woke”.